lunes, 4 de marzo de 2013

UNA PIEZA CLAVE EN LA FAMILIA

                Mi hermano pasaba de todo, bueno, más bien pasó de todo toda su vida. Al principio nos parecía gracioso, luego curioso y al final, como siempre ocurre en estos casos, normal. De lo que no nos estábamos dando cuenta era del deterioro que estaba sufriendo su salud cada minuto que pasaba.
            La verdad es que para ser el hermano mayor nunca nos dio buen ejemplo y nuestros padres lo sabían, pero claro, además de ser hijo suyo, era el primogénito. A veces, le sacaban a dar una vuelta y aprovechaban para limpiar su casa, que más que una casa parecía una pocilga. Otras veces, le acompañaban a comprarse ropa e incluso, de vez en cuando, le pagaban unas vacaciones para que cambiara de aires e intentara arreglar su aspecto.
               Pero todo fue en vano, tanto mis padres como todos nosotros lo sabíamos; mi hermano Diógenes tenía una enfermedad incurable y nada de lo que pudiéramos hacer serviría. El problema no estaba tanto en la propia enfermedad sino en las infecciones graves que esta le producía, sin ir más lejos la sarna. Se le caía todo a pedazos, le curábamos y le aseábamos lo mejor posible, pero la suciedad en la que había vivido tanto tiempo se le había metido hasta los tuétanos, era demasiado tarde.
            El desenlace se produjo rápido, el médico extrajo a mi hermano de raíz y nos dejó el vacío y el pesar para siempre. Quizás hayamos aprendido con todo esto la lección, y eso de que tenemos que lavarnos los dientes tres veces al día nos lo tomemos por fin en serio. La verdad es que ahora todos nosotros estamos realmente concienciados, porque si no hubiera sido suficiente el hecho de haber perdido a un ser querido para servirnos de escarmiento, el olor nauseabundo que desprendía a todas horas y que nos dejó de legado, nos recuerda a cada instante el firme propósito que hemos adquirido con él.

                Relato homenaje a Johnny Rotten (Juanito el podrido) cantante de The Sex Pistols
                Héctor Manuel Asensio. 3 de marzo de 2013



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