miércoles, 20 de febrero de 2013

CRÍA CUERVOS Y TE COMERÁN LOS TÍMPANOS

         - “¿Por qué no te callas?”- espetaron las trompas al timbal al comienzo de la sinfonía. La sordera incipiente de Beethoven hacía que no soportara ya esos martilleantes sonidos y prefiriera en cambio bucólicas sonoridades.
     - “Las trompas, ¡adoro las trompas!” - gritaba el compositor mientras paseaba por el bosque escuchando su Pastoral. Y es que el timbal seguía todavía presente en su mente, como si de la muerte en persona se tratase.

          Relato homenaje a Beethoven
          Héctor Manuel Asensio. 20 de febrero de 2013



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